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La búsqueda de la voluntad de Dios, y una convicción religiosa fundamental: sin la relación con Dios, el hombre no puede encontrar su camino en la existencia.

jueves, 13 de diciembre de 2012

CULTO SACRIFICIAL.


Después de la enseñanza, la bendición de Leví menciona la función de ofrecer los sacrificios: "Hacen subir el incienso ante tu rostro y ponen los holocaustos sobre tu altar" (Dt 33,10). El libro del Levítico da instrucciones detalladas sobre el modo de ofrecer los diversos sacrificios, atribuyendo siempre al sacerdote la función principal (Lev 1-7). Sin embargo, los relatos bíblicos demuestran que en los primeros tiempos la oferta de los sacrificios no era tarea reservada sólo a los sacerdotes (Gén 22,13; 31,54); el padre de Sansón ofrece un holocausto (Jue 13,19); los reyes David y Salomón ofrecen sacrificios en circunstancias particularmente solemnes, como el traslado del arca (2Sam 6,17) o la dedicación del templo (1 Re 8,62ss). Pero progresivamente la función de ofrecer quedó reservada a los sacerdotes. Un pasaje de Crónicas refiere que el rey Ozías fue castigado por Dios por haber tenido la temeridad de entrar en el santuario del Señor para quemar incienso en el altar (2Crón 26,16-21). Una profundización del sentido de la santidad divina había hecho comprender que solamente una persona especialmente consagrada podía presentar a Dios una ofrenda de modo grato [/ Levítico II, 1.5].

CUSTODIA DEL SANTUARIO.

Cuando se fundaba un santuario, enseguida venía un hombre consagrado a custodiarlo.El sacerdote era el hombre del santuario. Tenía el privilegio de poder entrar en el lugar santo y debía custodiar con el mayor cuidado el santuario y todos los objetos sagrados. "Todo extraño que se acercaba era castigado con la muerte" 



BENDICIÓN.

Otra función de los sacerdotes, más positiva, era la de bendecir en nombre de Yhwh. Otras personas compartían con el sacerdote el derecho de transmitir la bendición divina. El padre de familia podía bendecir a sus hijos (Gén 27,4; 48,15; 49,28) y el rey a su pueblo (2Sam 6,18; l Re 8,14). La bendición sacerdotal ponía el nombre de Yhwh sobre los hijos de Israel. El libro de los Números indicaba la fórmula ritual (Núm 6,22-27). Poner el nombre quiere decir establecer una relación con la persona. Los israelitas comprendían que una buena relación con Dios era condición indispensable para la buena marcha de la vida individual y comunitaria. La bendición aseguraba la fecundidad, la felicidad y la paz.

PUREZA RITUAL.


La participación en el culto requería la pureza ritual, definida en la ley. Los sacerdotes debían evitar todo contacto que les volviese impuros. Se establecían normas especiales para su matrimonio. Los defectos físicos y las enfermedades eran impedimentos para la celebración del culto (Lev 21). Para el sumo sacerdote, las reglas eran aún más estrictas; no le estaba permitido guardar luto ni siquiera por su padreo su madre (Lev 21,11). Por otra parte, los sacerdotes tenían la responsabilidad de asegurar el perfecto desarrollo del culto, y por tanto de controlar la pureza ritual de los participantes. La presencia de una persona impura en la asamblea litúrgica hubiera comprometido el buen éxito del culto (Lev 15,13). La impureza más tremenda era la "lepra". Por eso al sacerdote le incumbía verificar si una persona estaba afectada por semejante mal y declararla pura o impura. El Levítico da instrucciones muy detalladas al respecto (Lev 13-14). Para otros casos de impureza ritual, el sacerdote debía preparar el agua lustral según los ritos previstos en Núm 19 [i Levítico II, 2.3].


ENSEÑANZA.


Otra de las funciones de sacerdotales era el enseñar los preceptos de Dios, primero ocasionalmente (Ag 2,11s; Zac 7,3), y luego transmiten el conjunto de las instrucciones divinas. En Dt 31,9, Moisés confía la ley "a los sacerdotes, hijos de Leví", con el encargo de leerla en el año del perdón, delante de todo Israel. El profeta Malaquías observa que "los labios del sacerdote deben guardar la ciencia, y de su boca se viene a buscar la enseñanza" (Mal 2,7). Pero Malaquías critica en este punto a los sacerdotes de su tiempo, pues esta función sacerdotal cayó en desuso. Los sacerdotes fueron progresivamente sustituidos por los escribas o doctores de la ley.


ORÁCULOS.

La primera atribución es de hacer oráculos por medio de objetos sacrados llamados tmmim y 'urim.
Con estos objetos el sacerdote procedía a un sorteo, que definía la respuesta divina a algún problema en la vida . 

El Texto más claro al respecto es el de Sam 14,41 , en el cual el rey saul, deseando conocer la causo de una dificultad le dice a Dios: "Si el pecado esta en mi o en mi hijo Jonatan, Señor, Dios de Israel, salga 'urim; y si este pecado esta en tu pueblo israel, salga tummim" En la historia de David se refieren otras consultas semejantes. La función oracular del sacerdote no es un rasgo particular de la religión de Israel; prácticas por el estilo eran corrientes en el mundo antiguo.